una bandada de
grullas blancas,
cielo rosa
vespertino,
abajo empapado en
arrozales verdes,
pequeño cobertizo
de paja,
guarece mi alma,
de lluvia bendita.
patos nadan en
libertad,
en aguas fangosas,
ciernen los
alimentos,
en espera de su
pastor,
cuyos pies
andrajosos
trepan por un
coco,
sube, corta, baja
me ofrece
la leche sagrada.
el tiempo pasa,
como arena del
río,
lento, fácil,
puro.
el agua de arroz
pasa,
por los dedos de
los pies,
sonido de paz que
fluye,
constante, eterno,
limpio.
mis talones nadie
escucha,
en este calmo
sendero
guardado por
colgantes datileras,
de las grullas un
embelezo más,
por encima de mi
cabeza,
lloran,
Salamat Sore
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