El último baile
del día
buscando por un
pozo
inmensos tocados
cobrizos
colocados
perfectamente
sobre tres
vientres cansados
contra un cielo de
cúrcuma
saris barriéndose
desvanecidos
de la luz diurna a
la noche
huellas húmedas
emparejan la
tierra
perfectamente
equilibrados
en tres jarros de
cobre
siluetas re-giran
tocados cobrizos
humeantes
contra el cielo
ocre
en búsqueda de su
lugar
para aliviar a los
afligidos
la danza de mujer
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